Pensamientos
Ideas y Pensamientos que rondan en mi mente y en la mente de otros.
martes, marzo 28, 2006
Dios es sencillo y nosotros complicados
Es Navidad
lunes, marzo 27, 2006
Juego de niños
Vendedores
viernes, marzo 24, 2006
De la Renovación
El Tesoro Enterrado
jueves, marzo 23, 2006
El Titanic
miércoles, marzo 22, 2006
A expensas del tronco
Sabiduría sufí
El maestro sufí contaba siempre una parábola al finalizar cada clase, pero los alumnos no siempre entendían su sentido.
- Maestro -lo encaró uno de ellos una tarde. Tú nos cuentas los cuentos pero no nos explicas su significado...
- Pido perdón por eso -se disculpó el maestro. Permíteme que en señal de reparación te convide con un rico durazno.
- Gracias maestro -le respondió halagado el discípulo.
- Quisiera, para agasajarte, pelarte tu durazno yo mismo. ¿Me permites?
- Sí. Muchas gracias -dijo el alumno.
- ¿Te gustaría que, ya que tengo en mi mano el cuchillo, te lo corte en trozos para que te sea más cómodo?
- Me encantaría... Pero no quisiera abusar de su hospitalidad, maestro...
- No es un abuso si yo te lo ofrezco. Sólo deseo complacerte... Permíteme también que te lo mastique antes de dártelo...
- No maestro. ¡No me gustaría que hicieras eso! -se quejó sorprendido el discípulo.
El maestro hizo una pausa y dijo:
- Si yo les explicara el sentido de cada cuento... sería como darles de comer una fruta masticada.
12 maneras de seguir sonriendo
1.. Aférrate a tus sueños, y no los abandones ¡jamás!
2.. Muéstrale al mundo lo maravilloso que eres.
3.. Confía en las posibilidades de la vida, y no te apresures a juzgar a los demás.
4.. Confía en la estrella que brilla en tu cielo.
5.. Encara tus problemas uno por uno para vencerlos.
6.. Confía en toda tu fuerza interior.
7.. Muestra al mundo la luz secreta de tu alma.
8.. No huyas de aquellos que traen amor a tu vida.
9.. Mira lo bueno en la vida y no sucumbas a las adversidades.
10.. Muéstrate tal como eres, pues tienes cualidades especiales que te han sostenido hasta ahora, y que siempre te sostendrán.
11.. No pierdas el valor.
12.. ¡Llena tu corazón de felicidad y espárcela en todo lo que hagas! Recuerda sonreír... ¡la vida es hermosa!
martes, marzo 21, 2006
Mi cruz
Me preguntaba mil veces sin respuesta por qué mi cruz doblaba mis espaldas.
Hablé con Dios mirando las estrellas, y sollozando dije: "Es muy pesada".
Dios me hizo ver con toda su paciencia cuánto y por qué, equivocado estaba;
y poco a poco empecé a darme cuenta, de que mi cruz tornábase liviana.
Vi pasar miseria tan inmensa colgada en los harapos de una anciana.
Vi a un joven muriendo de tristeza por una enfermedad que lo acosaba.
Una inválida sola e indefensa, en una silla de ruedas vegetaba,
y una madre con toda su entereza a su hijito con down lo cobijaba.
Luego miré mis manos... Vivas, Bellas sobre ellas una cruz se destacaba.
De pronto dijo Dios: "¿Di cuánto pesa?" y yo le dije: "Señor... No pesa nada".
La tranquilidad
La tranquilidad de la mente es una de las bellas joyas de la sabiduría. Es el resultado de un esfuerzo largo y paciente en el dominio de sí mismo. Su presencia es indicadora de una experiencia madura, y de un conocimiento más que ordinario de las leyes y el funcionamiento del pensamiento.
El hombre fuerte y calmado es siempre amado y reverenciado. Es como un árbol que brinda sombra a una tierra sedienta, o una roca en la que resguardarse de una tormenta. ¿Quién no ama un corazón tranquilo, una vida dulcemente templada y balanceada? No importa si llueve o hay sol, o qué cambios ocurran en el poseedor de estas bendiciones, pues serán siempre dulces, serenos y calmados.
Aquel equilibrio de carácter que nosotros llamamos serenidad es la lección final de la cultura; es el florecimiento de la vida, el fruto del alma. Es precioso como la sabiduría, ha de ser más deseado que el oro... Sí, más que el fino oro. Cuán insignificante se ve quien sólo busca el dinero en comparación con una vida serena... una vida que mora en el océano de la Verdad, por debajo de las olas, fuera del alcance de las tempestades, ¡en Eterna Calma!
Mantén tu mano firme sobre el timón de tus pensamientos. En la barca de tu alma se reclina el Maestro al mando... Sólo está dormido... ¡Despiértalo!
El control de ti mismo es poder; el Pensamiento correcto es maestría, la Calma es poder, di dentro en tu corazón: "la Paz sea contigo".
Transformaciones
Dice el gran filósofo que el espíritu humano debe de sufrir tres transformaciones: el camello, el león y el niño.
El camello es la bestia de carga, es aquel que dice: "venga todo que yo aguanto". Todos los problemas, conflictos, stress y toda esa pedacería de vida que llevamos arrastrando, toda esa paciencia y aplomo con que debemos
afrontar nuestra vida diaria.
Pero no nos podemos quedar ahí, ya que si siempre cargamos, pues ¡nos cansaríamos! ¿no? Sin embargo, hay gente que vive así, atormentándose con los recuerdos de su pasado, lamentándose y su joroba de camello (todas sus broncas) las utiliza para lamentarse, flagelarse y auto-compadecerse, y no, eso no se vale.
Para eso existe el león. El león es la fuerza, la agresividad, la ambición, la pasión, que son motores incansables del alma humana. Es esa perseverancia, compostura y determinación que nos empujan a alcanzar nuestros más caros anhelos; es nuestro orgullo, nuestra dignidad y tal vez hasta nuestra soberbia, que yo no estoy tan seguro de que sea tan mala como se dice (claro, hasta cierto punto). El león es nuestra fuerza vital, es lo que nos hace permanecer vivos.
Pero no podemos quedarnos hasta ahí... Tanta lucha, agresividad y determinación nos puede convertir en una persona agria y amargada. Pero ahora viene la magia... la transformación en niño.
El niño es el renacer cada día, es el ver el lado hermoso de todas las cosas, el volver a confiar, el creer que en este mundo, mientras nos quede un solo destello de esperanza, podemos renacer. El niño representa la inocencia, los sueños y las fantasías que a veces perdemos por tantos rollos en los que estamos metidos. El niño no piensa tanto las cosas... las disfruta, las vive y aprende.
Esto no es una invitación a formar parte del club de las personalidades múltiples, es simplemente una reflexión sobre tres formas de manejarse en la vida, y yo creo con todo mi ser que, si logramos el equilibrio entre estas transformaciones, podremos ser unos seres más completos, desarrollados en todos los aspectos.
Amigos, ustedes saben que esto lo escribí para que nos sirva en el proceso de crecimiento y podamos experimentar estas transformaciones para vivir plenamente.
¿Saben cual es la diferencia más grande entre nosotros y los animales? Que los animales utilizan sus errores para aprender, y nosotros para llorar y atormentarnos. Utilicemos todo el conocimiento que la vida nos da para no cometer los mismos errores y levantémonos cada día transformados en niños... viendo todo con ojos nuevos.
¡Hola Dios!
¡Hola Dios! ¿Cómo estás? Te escribo para saludarte y porque ahora sí tengo que surtirme, pues la "canasta básica" con la que me mandaste al mundo se me ha ido agotando a lo largo de estos años.
Por ejemplo, la paciencia se me acabó por completo, igual que la prudencia y la tolerancia. Ya me quedan poquitas esperanzas y el frasquito de fe, está también vacío.
La imaginación también está escaseando por estos rumbos. Debes saber que hay cosas de la canasta que ya no necesito como la dependencia y esa facilidad para hacer berrinches, que tantos corajes y problemas me han ocasionado. Así que quisiera pedirte nuevos productos para la canasta.
Para empezar, me gustaría que rellenaras los frascos de paciencia y tolerancia (pero hasta el tope), y mándame por favor el curso intensivo: "Cómo ser más prudente", volúmenes 1, 2 y 3.
Envíame también varias bolsas grandes, pero "bolsones" de madurez que tanta falta me hace. Quisiera un costal grande lleno de sonrisas, de esas que alegran el día a cualquiera.
Te pido que me mandes dos piedras grandes y pesadas para atarlas a mis pies y tenerlos siempre sobre la tierra.
Si tienes por ahí guardada una brújula para orientarme y tomar el camino correcto, te lo agradecería mucho.
Regálame imaginación otra vez; pero no demasiada, porque debo confesar que en algunas ocasiones tomé grandes cantidades y me empachó. Nuevas ilusiones y una doble ración de fe y esperanza también me caería excelente.
Te pido también una paleta de colores para pintar mi vida cuando la vea gris y oscura. Me sería muy útil un bote de basura para tirar todo lo que me hace daño.
Te pido muchas zanahorias, para tener buena vista y no dejar pasar las oportunidades por no verlas.
Necesito también un reloj grande, muy grande, para que cada vez que lo vea me acuerde que el tiempo corre y no debo desperdiciarlo.
¿Podrías mandarme muchísima fuerza y seguridad en mí mismo? Sé que voy a necesitarlas para soportar los tiempos difíciles y para levantarme cuando caiga.
También quisiera un bote de pastillas de las que hacen que crezca la fuerza de voluntad y el empeño, para que me vaya bien en la vida y te pido unas tres o cuatro toneladas de "ganas de vivir", para cumplir mis sueños.
Necesito también una pluma con mucha tinta, para escribir todos mis logros y mis fracasos. Pero más que nada, te pido que me des mucha vida, para lograr todo lo que tengo en mente y para que el día que me vaya contigo, tenga algo que llevarte y veas que no desperdicié el tiempo aquí en la tierra.
De antemano te agradezco lo que me puedas mandar y te agradezco el doble todo lo que me mandaste la primera vez.
Con mucho cariño... Tu hijo que te Adora.
Receta para un nuevo año
martes, marzo 14, 2006
La Campana de Plata
Se cuenta de un rey que hizo colocar una campana de plata en una torre muy alta de su palacio, al comenzar su reinado. Él anunció que haría sonar la campana cada vez que estuviera feliz, para que sus súbditos supieran de su alegría.
La gente esperaba el sonido de la campana de plata, pero ésta permanecía silenciosa. Los días se convirtieron en semanas y las semanas en meses, y los meses en años. Pero la campana no sonaba para avisar que el rey era
feliz.
El rey envejeció y finalmente yacía en su lecho de muerte en el palacio. A medida que algunos de sus llorosos súbditos llegaban para acompañarlo, él descubrió que su gente realmente le había amado todos estos años.
Finalmente el rey fue feliz. Poco antes de morir, tiró de la cuerda de la campana de plata, para hacerla sonar.
Piensa en esto: "Toda una vida de infelicidad, porque él no sabía que era muy querido y aceptado por sus leales súbditos".
Hay muchas personas que pasan por la vida sin saber que son queridas y apreciadas por los demás. Quizás son aquellos que están cerca de ti los que necesitan el calor de saber que alguien piensa en ellos.
Donald Hungerford
Moralidad...
Los discípulos solían discutir frecuentemente sobre lo que es correcto y lo que es incorrecto. En ocasiones, la respuesta era lo bastante obvia, pero otras veces resultaba difícil dar con ella.
Cuando el Maestro se hallaba presente en tales discusiones, no tomaba parte de ellas.
Pero una vez le preguntaron: "¿Es correcto o incorrecto matar a alguien que intenta matarte a ti?"
"¿Y cómo voy yo a saberlo?", replicó él.
Los desconcertados discípulos dijeron: "Entonces, ¿cómo podemos distinguir lo correcto de lo incorrecto?"
El Maestro dijo: "Mientras viváis, estad muertos a vosotros mismos, totalmente muertos. Entonces actuad como queráis, que vuestra acción será correcta".
Del libro "¿Quién puede hacer que amanezca?", de Anthony De Mello
viernes, marzo 10, 2006
Ganar la Batalla
Durante una batalla, un general japonés decidió atacar aún cuando su ejército era muy inferior en número. Estaba confiado que ganaría, pero sus hombres estaban llenos de duda.
Antes de partir, el general sacó una moneda y dijo:
- Ahora tiraré esta moneda. Si es cara, ganaremos. Si es cruz, perderemos. El destino se revelará.
Tiró la moneda en el aire y todos miraron atentos como aterrizaba. Era cara. Los soldados estaban tan contentos y confiados que atacaron vigorosamente al enemigo y consiguieron la victoria.
Después de la batalla, un teniente le dijo el general:
- Nadie puede cambiar el destino.
- Es verdad... -contestó el general, mientras mostraba al teniente la moneda que tenía cara en ambos lados.
Obviamente, la historia es irreal en el sentido de que una moneda no puede decidir nuestro futuro; sin embargo, nos deja muy claro que muchas veces, hemos perdido la batalla porque antes de iniciar nos creemos incapaces.
Es usual cuando hay exámenes, por ejemplo, que muchos lo han perdido antes de iniciar, pues su actitud así lo propicia.
Todos tenemos muchas situaciones hoy en nuestra vida, y podemos enfrentarlas solos, con miedo, con angustia y creyéndonos perdedores. O podemos confiar en un Jesús que prometió estar con nosotros siempre, y enfrentar con valentía lo que venga.
Por más cansado que te encuentres, por más difícil que veas la situación, aunque sientas que ya no tienes fuerzas... puedes ganar, puedes vencer, puedes seguir adelante. Jesús está contigo.
Se un elefante
Pies grandes y pesados; para tenerlos bien fijos en la tierra y no elevarnos.
Orejas grandes; para aprender a oír y no actuar a ciegas.
Boca chica, para no andar parafraseando, ni hablando de más.
Colmilllo largo, para saber actuar en momentos difíciles.
Piel áspera y dura, para aguantar los embates de los demás.
Cola corta, para que nadie por más que quiera, pueda hablar de ti.
Su memoria, para que nunca olvides quien realmente eres.
Y como el elefante, que cuando sabe que va a morir, regresa a su lugar de origen, igualmente tu, cuando sientas que haz caído en lo mas profundo y no puedes salir, que no encuentras ni un rayo de luz dentro del laberinto en que estás inmerso, que lo has perdido todo y no te queda nada, regresa a tu lugar de origen, regresa a tu naturaleza, regresa a ser tú nuevamente, por que tal vez, por la falta de memoria olvidaste quien realmente eres
Nunca pienses que es muy tarde para decidir, pero ten en cuenta que el mejor día es hoy, y el mejor momento es este.
¿Por qué preocuparse?
De lo que te preocupa:
- El 40% nunca sucede, la ansiedad es el resultado de una mente cansada.
- El 30% se refiere a decisiones anteriores que ya no pueden alterarse.
- El 12% se centra en críticas, la mayoría falsas, hechas por personas que se sienten inferior.
- El 10% es relacionado a tu salud, la que empeora al preocuparte
Y solamente...
- El 8% es legítimo, mostrando que la vida no tiene grandes problemas reales y los podrás enfrentar en el momento que elimines todas las preocupaciones sin sentido.
Entonces, ¿por qué preocuparse?
De la Mendiga
Vimos a una señora en la esquina de la calle Constante Ramos, en Copacabana. Estaba en una silla de ruedas, perdida en el medio de la multitud. Mi mujer se ofreció para ayudarla, ella agradeció y aceptó, y pidió que la llevase hasta Santa Clara.
Algunas bolsas plásticas pendían de la silla de ruedas. En el camino, nos contó que aquellas eran todas sus pertenencias, dormía contra las vidrieras, y vivía de la caridad ajena.
Llegamos al lugar indicado. Allí había otros mendigos. La mujer de la silla de ruedas sacó de uno de los plásticos dos paquetes de leche Larga Vida, y se los entregó a ellos.
"Hacen caridad conmigo, yo necesito hacer caridad con los otros", fue su comentario.
Del libro "Maktub", de Paulo Coelho
El mundo es mío
Hoy, viajando en un autobús, vi una hermosa muchacha con cabello de oro, y expresión de alegría; envidié su hermosura. Al bajarse, la vi cojear... tenía solo una pierna, y apoyada en su muleta, sonreía... Perdóname Señor,
cuando me quejo. Tengo dos piernas, y, ¡el mundo es mío!
Fui después a comprar unos dulces. Me atendió un muchacho encantador. Hablé con él; parecía tan contento, que aunque se me hubiera hecho tarde, no me hubiera importado, ya que al salir, oí que decía: Gracias por charlar
conmigo... es usted tan amable, es un placer hablar con gente como usted... ya ve, soy ciego... Perdóname Señor cuando me quejo. Yo puedo ver, y, ¡el mundo es mío!
Más tarde, caminando por la calle, vi a un pequeño de ojos azules, que miraba jugar a otros niños, sin saber qué hacer. Me acerqué y le pregunté: ¿Por qué no juegas con ellos? Siguió mirando hacia adelante sin decir una
palabra. Entonces comprendí que no escuchaba. Perdóname Señor cuando me quejo. Yo puedo escuchar, y, ¡el mundo es mío!
Tengo piernas para ir a donde quiero... Ojos para ver los colores del atardecer... Oídos para escuchar las cosas que me dicen. Perdoname Señor cuando me quejo. Lo tengo todo, y, ¡el mundo es mío!
No le digas a Dios cuán grande es tu problema... ¡Dile a tu problema cuán grande es tu Dios!
jueves, marzo 09, 2006
Dulce aroma de café
Una hija se quejaba con su padre acerca de su vida y de cómo las cosas le resultaban tan difíciles. No sabía qué hacer para seguir adelante y creía que se daría por vencida. Estaba cansada de luchar.
Parecía que cuando solucionaba un problema, aparecía otro. Su padre, un chef de cocina, la llevó a su lugar de trabajo. A llí llenó tres ollas con agua y las colocó sobre el fuego.
Pronto el agua de las tres ollas estaba hirviendo. En una colocó zanahorias, en otra colocó huevos y en la última colocó granos de café. Las dejó hervir sin decir palabra.
La hija esperó impacientemente, preguntándose que estaría haciendo su padre.
A los veinte minutos el padre apagó el fuego. Sacó las Zanahorias y las colocó en un tazón. Sacó los huevos y los colocó en otro plato. Finalmente, coló el café y lo puso en un tercer recipiente.
Mirando a su hija le dijo: "Querida "¿qué ves?"
"Zanahorias, huevos y café" fue su respuesta.
Entonces, la hizo acercarse y le pidió que tocara las zanahorias, ella lo hizo y notó que estaban blandas. Luego le pidió que tomara un huevo y lo rompiera. Luego de sacarle la cáscara, observó el huevo duro. Luego le pidió que probara el café. Ella sonrió mientras disfrutaba de su rico aroma.
Humildemente la hija preguntó: "¿Qué significa esto, padre?"
Él le explicó que los tres elementos habían enfrentado la misma adversidad: Agua hirviendo, pero habían reaccionado en forma diferente.
La zanahoria llegó al agua fuerte, dura, soberbia; pero después de pasar por el agua hirviendo se había puesto débil, fácil de deshacer.
El huevo había llegado al agua frágil, su cáscara fina protegía su interior líquido; pero después de estar en agua hirviendo, su interior se había endurecido.
Los granos de café, sin embargo, eran únicos: después de estar en agua hirviendo, habían cambiado el agua.
"¿Cuál eres tu hija?" Le dijo. "Cuando la adversidad llama a tu puerta; ¿cómo respondes?"
¿Eres una zanahoria que parece fuerte pero cuando la adversidad y el dolor te tocan, te vuelves débil y pierdes tu fortaleza?
¿Eres un huevo, que comienza con un corazón maleable y un espíritu fluido, pero que después de una muerte, una separación, un despido, una piedra en el camino se vuelve duro y rígido? Por fuera te ves igual, pero ¿eres amargada y áspera, con un espíritu y un corazón endurecido?
¿O eres como un grano de café? El café cambia al agua hirviendo, el elemento que le causa dolor. Cuando el agua llega al punto de ebullición el café alcanza su mejor sabor. Si eres como el grano de café, cuando las cosas se ponen peor, tu reaccionas en forma positiva, sin dejarte vencer y haces que las cosas a tu alrededor mejoren, que ante la adversidad exista siempre una luz que ilumina tu camino y el de la gente que te rodea.
Por eso no dejes jamás de esparcir con tu fuerza y positivismo el "dulce aroma del café."
Amigos
miércoles, marzo 08, 2006
El día más...
El día más IMPACTANTE: fue cuando te conocí.
El día más ESTÚPIDO: fue cuando nos peleamos.
El día más INTERESANTE: fue cuando te traté.
El día más EMOCIONANTE: fue cuando me hablaste por primera vez.
El día más TRISTE: fue cuando te vi llorar.
El día más ALENTADOR: fue cuando me abrazaste.
El día más COMUNICATIVO: fue cuando me llamaste.
El día más CHISTOSO: fue platicando contigo de cualquier tontería.
El día más LARGO: fue cuando no te vi.
El día más DIVERTIDO: fue cuando me hiciste tus bromas.
El día más BRILLANTE: fue cuando me sonreíste.
El día más NEGRO: fue cuando enfermaste conmigo.
El día más ALEGRE Fue Cuando compartiste conmigo.
El día más FRÍO: fue cuando me ignoraste.
El día más DESESPERANTE: fue cuando no me escuchaste.
El día más RELAJADO: fue trabajando contigo.
El día más ESPIRITUAL: fue rezando contigo.
El día más VERGONZOSO: fue quedando mal frente a ti.
El día más IMPACIENTE: fue cuando no sabia de ti.
El día más CANSADO: fue trabajando sin ti.
El día más ANGUSTIANTE: fue cuando te oculté algo.
El día más FELIZ: fue cuando me llamaste "mi amigo".
La suegra de Shirley Temple
De la Necesidad
Caminaba con mi editor americano y su mujer, por un parque. Pudimos ver la ciudad de San Francisco a lo largo,
iluminada por un sol potente. Sharon escribió un libro sobre un monasterio benedictino, y cuenta que las oraciones de
la tarde, llamadas "Vespertinas", son cantos de esperanza para la certeza de que la noche pasará.
"Las vespertinas nos indican la necesidad que tenemos de aproximarnos al otro, cuando la noche llega", dijo ella.
"Nuestra sociedad aprecia mucho la capacidad que cada uno tiene de lidiar con las propias dificultades. Este
individualismo lleva a la desesperación y a la soledad. Fingimos que no nos importa la atención de los otros, mas
basta
un gesto de cariño y nuestra pose de héroe cae por tierra".
"No tengo miedo de depender del prójimo: él también está precisándome a mí".
Del libro "Maktub", de Paulo Coelho
Un consejo: ¡Enamórate!
No te enamores del amor.
Enamórate de alguien que te ame, que te espere, que te comprenda aún en la locura; de alguien que te ayude, que
te guíe, que sea tu apoyo, tu esperanza, tu todo.
Enamórate de alguien que no te traicione, que sea fiel, que sueñe contigo, que sólo piense en ti, en tu rostro, en tu
delicadeza, en tu espíritu y no en tu cuerpo o en tus bienes.
Enamórate de alguien que te espere hasta el final, de alguien que sea lo que tú no elijas, lo que no esperes.
Enamórate de alguien que sufra contigo, que ría junto a ti, que seque tus lágrimas, que te abrigue cuando sea
necesario, que se alegre con tus alegrías y que te dé fuerzas después de un fracaso.
Enamórate de alguien que vuelva a ti después de las peleas, después del desencuentro, de alguien que camine
junto
a ti, que sea un buen compañero, que respete tus fantasías, tus ilusiones.
Enamórate de alguien que te ame.
No te enamores del amor, enamórate de alguien que este enamorado de ti.
Pero sobre todo, enamórate de alguien que ame a Dios.
La Amistad
"El que tiene un amigo verdadero puede decir que posee dos almas." Anónimo
"Quiéreme cuando menos lo merezca, porque será cuando más lo necesite." Dr. Jeckyll
"El amigo seguro se conoce en la acción insegura." Anónimo
"Tu desconfianza me inquieta y tu silencio me ofende." Miguel de Unamuno
"Es más vergonzoso desconfiar de los amigos, que ser engañado por ellos." François de Larochefoucauld
"Un amigo es una persona con la que se puede pensar en voz alta." Ralph Waldo Emerson
"La amistad comienza donde termina o cuando concluye el interés." Marco Tulio Cicerón
"Prefiero molestar con la verdad que complacer con adulaciones." Lucio Anneo Séneca
"En el fondo, son las relaciones con las personas lo que da valor a la vida." Guillermo Von Humboldt
"Nada se olvida más despacio que una ofensa; y nada, más rápido que un favor." Martin Luther King
"Siempre es más valioso tener el respeto que la admiración de las personas." Jean Jacques Rousseau
"La amistad es un contrato por el cual nos obligamos a hacer pequeños favores a los demás para que los demás
nos
los hagan grandes." Montesquieu
"No hay riqueza tan segura como un seguro amigo." Luis Vives
"Los amigos se convierten con frecuencia en ladrones de nuestro tiempo." Platón
Vocación
Muchas veces nos preguntamos si "estamos llamados para...", un cuestionamiento personal que descubre nuestros
más profundos temores, pero también nuestros más profundos sueños y anhelos. La vocación tiene que enfrentarse a
lo desconocido, con una vida que no imagina, que no la posee, porque no la ha vivido. Enfrentarse a un mundo que no
va a escoger, sino que va a caer en él, un mundo que lo cuestiona y aterra, pero al mismo tiempo lo incentiva y
proyecta.
La vocación es soñar, hombre de Fe, tan débil como las flores y sus pétalos, y tan fuerte y decidido como las espinas
de las rosas. La vocación enfrenta una misión que no ha vivido, un carisma que aún no ha estrenado, una vida que no
ha experimentado a fondo, una realidad nueva y desafiante, llena de retos y posibilidades.
La vida es una aventura de Fe, donde se camina en medio de brasas ardiendo, lagos peligrosos y rutas tortuosas, un
hombre que camina para aprender y aprende al caminar, sabiendo que durante y hasta el final estará Dios y su alma,
su alma y Dios.
Tu vocación vive en ti, esperando a que correspondas a su llamado, un llamado que se hace fuerte cada vez que
conquistas tu propia vida, que te emocionas con tus resultados, que comprendes y aprendes de tus limitaciones, una
senda de luz que descubre el secreto mejor guardado de los hombres: su misión.
24 pequeñas maneras de Amar
Cuando a la gente se la habla de que "hay que amarse los unos a los otros" son muchos los que se te quedan
mirando y te preguntan: ¿y amar, qué es: un calorcillo en el corazón? ¿Cómo se hace eso de amar, sobre todo
cuando se trata de desconocidos o semiconocidos? ¿Amar son, tal vez, solamente algunos impresionantes gestos
heroicos?
Un amigo mío, Amado Sáez de Ibarra, publicó hace muchos años un folleto que se titulaba "El arte de amar" y en él
ofrecía una serie de pequeños gestos de amor, de esos que seguramente no cambian el mundo, pero que, por un
lado, lo hacen más vividero y, por otro, estiran el corazón de quien los hace.
Siguiendo su ejemplo voy a ofrecer aquí una lista de 24 pequeñas maneras de amar:
- Aprenderse los nombres de la gente que trabaja con nosotros o de los que nos cruzamos en el ascensor y
tratarles luego por su nombre.
- Estudiar los gustos ajenos y tratar de complacerles.
- Pensar, por principio, bien de todo el mundo.
- Tener la manía de hacer el bien, sobre todo a los que no se lo merecerían teóricamente.
- Sonreír. Sonreír a todas horas. Con ganas o sin ellas.
- Multiplicar el saludo, incluso a los semiconocidos.
- Visitar a los enfermos, sobre todo si son crónicos.
- Prestar libros aunque te pierdan alguno. Devolverlos tú.
- Hacer favores. Y concederlos antes de que terminen de pedírtelos.
- Olvidar ofensas. Y sonreír especialmente a los ofensores.
- Aguantar a los pesados. No poner cara de vinagre escuchándolos.
- Tratar con antipáticos. Conversar con los sordos sin ponerte nervioso.
- Contestar, si te es posible, a todas las cartas.
- Entretener a los niños chiquitines. No pensar que con ellos pierdes el tiempo.
- Animar a los viejos. No engañarles como chiquillos, pero subrayar todo lo positivo que encuentres en ellos.
- Recordar las fechas de los santos y cumpleaños de los conocidos y amigos.
- Hacer regalos muy pequeños, que demuestren el cariño pero no crean obligación de ser compensados con otro
regalo.
- Acudir puntualmente a las citas, aunque tengas que esperar tú.
- Contarle a la gente cosas buenas que alguien ha dicho de ellos.
- Dar buenas noticias.
- No contradecir por sistema a todos los que hablan con nosotros.
- Exponer nuestras razones en las discusiones, pero sin tratar de aplastar.
- Mandar con tono suave. No gritar nunca.
- Corregir de modo que se note que te duele el hacerlo.
La lista podría ser interminable y los ejemplos similares infinitos.
Y ya sé que son minucias. Pero con muchos millones de pequeñas minucias como éstas el mundo se haría más
habitable.
José Martín Descalzo
Ver más allá de las apariencias
Cierto día, Antonio, un padre de familia, cuando regresaba del trabajo se encontró con un embotellamiento de tránsito
infernal y notó que un señor conducía apresuradamente, cortándole el paso a todo el que podía al tratar de abrirse
paso entre los vehículos. Cuando se aproximó al carro de Antonio, se le atravesó de una manera tan brusca que por
poco ocurre una colisión. En ese momento, Antonio tuvo deseos de insultarlo e impedirle el paso, pero luego pensó:
"¡El pobre! Está tan nervioso y apurado... ¡Sabrá Dios si tiene un problema serio y necesita llegar cuanto antes a su
destino!"
Con estos pensamientos, detuvo por completo su auto y lo dejó pasar. Al llegar a casa, Antonio recibió la noticia de que
su hijo de tres años había sufrido un grave accidente y había sido llevado al hospital por su esposa. Inmediatamente se
dirigió al hospital; al llegar, su esposa corrió a sus brazos y lo tranquilizó diciéndole:
- Gracias a Dios todo está bien. El médico llegó justo a tiempo para salvar la vida de nuestro hijo; ya está fuera de
peligro.
Aliviado, Antonio pidió hablar con el médico para agradecerle. Cuál no sería su sorpresa cuando vio que el médico era
ese señor nervioso y apurado a quien le había cedido el paso casi una hora antes.
Hay que estar siempre dispuesto a ayudar al prójimo, independientemente de su apariencia o condición económica.
Trata de ver a los demás más allá de las apariencias. Imagina que, detrás de esa actitud que no entiendes, existe una
historia, un motivo que puede llevar a esa persona a actuar de una manera determinada.
El campesino y la roca
Hace mucho tiempo, un rey colocó una gran roca obstaculizando un camino. Entonces se escondió y miró para ver si
alguien quitaba la tremenda piedra.
Algunos de los comerciantes más adinerados del rey y cortesanos vinieron y simplemente dieron una vuelta
alrededor de la roca sin siquiera intentar moverla. Muchos culparon al rey ruidosamente de no mantener los
caminos despejados, pero ninguno hizo algo para sacar la piedra grande del camino.
Cierto día, pasaba un campesino que llevaba una carga de verduras. Al aproximarse a la roca, puso su carga en el
piso y trató de moverla hacia un lado del camino. Después de empujar y fatigarse mucho, lo logró. Mientras recogía
su carga de vegetales, notó que en el suelo había una cartera, justo donde había estado la roca. La cartera contenía
muchas monedas de oro y una nota del mismo rey indicando que el oro era para la persona que moviera la piedra
del camino. El campesino aprendió lo que los demás nunca entendieron:Cada obstáculo muestra una oportunidad
para mejorar la condición de cada uno.
Sobreponiéndonos a los obstáculos y venciendo los problemas, lo bueno es que no estamos solos, y tenemos a
Aquel que nos guía y lleva por el camino recto. También existe la otra opción: caminar solo, sin guía y sin apoyo...
¡Tú eliges!
Debemos servir siempre a todos en todo momento, y no creer que habrá otro que lo hará o que nosotros no somos
quienes tenemos la obligación de hacerlo. Sirvamos, ayudemos, colaboremos y demos todo, pues la recompensa
estará al final del camino.
Eres una persona maravillosa
Eres un ser maravilloso. Esto no quiere decir que los demás sean inferiores a ti. Tú puedes motivarte para vivir y
actuar con optimismo, reconociéndote como "un ser admirable", rodeado por seres asombrosos: tus semejantes.
Tú eres un ser de valor trascendente, llamado al progreso integral. Lo más maravilloso que tienes es tu capacidad de
ser hoy mejor que ayer, y de ser mañana mejor que hoy. Comprométete contigo a mejorar tus conductas defectuosas
y a ejercitar cualidades.
Tu mejor mérito consiste en que cultives las mejores virtudes.
Del libro "366 Maravillosas Motivaciones", de Tiberio López Fernández
Dios sabe lo que es mejor
Adelaide Pollard estaba angustiada. A pesar de sus mejores esfuerzos, ella no podría recolectar los fondos que
necesitaba para ir como una misionera a África. "¿Por qué?" se preguntaba.
Durante una reunión de oración, la envolvió un estado de ánimo sombrío. Entonces, la oración de una anciana penetró
su oscuridad: "¡Está bien, Señor! No importa lo que traigas a nuestras vidas. Haz lo que quieras con nosotros." En ese
momento, Adelaide Pollard se rindió a la voluntad de Dios y halló paz.
Posteriormente, esa misma noche, estudió la historia del alfarero que aparece en Jeremías 18:3,4. Pensó en la vasija
que se echó a perder en mano del alfarero, y notó que él la hizo de nuevo, distinta, como bien le pareció. Reconoció su
necesidad de someterse a la voluntad de Dios y dejarle moldear su vida conforme a Su propio diseño.
En su mente rendida empezó a formarse este poema: "Tú eres el Alfarero, yo, el barro. Moldéame conforme a tu
voluntad mientras espero, rendida y tranquila." A la larga, en el tiempo de Dios, Él permitió que Pollard ministrara en
África, Inglaterra y por todo Estados Unidos.
Dios usa a la persona que sinceramente ora: "Haz lo que quieras, Señor." Hazte esta pregunta: "¿Estoy dejando que el
gran Alfarero haga conmigo lo que quiera?"
Dios me pidió que te dijera...
Todo irá bien contigo a partir de ahora. No importa cuánto se esfuercen tus enemigos este año, no tendrán éxito. Tú
has sido destinado(a) para alejarlos y este año lograrás todos tus objetivos.
Para los días que quedan del año se disiparán todas tus agonías y llegarán la victoria y prosperidad en abundancia.
Hoy día Dios ha confirmado el fin de tus pesares y dolores porque El que Reina te ha recordado. Te ha quitado las
penurias y te ha dado alegría.
Él nunca te decepcionará.
¿Por qué Gandhi no fue cristiano?
Él permaneció hindú hasta el final. Adoraba a Cristo como una de las encarnaciones de Dios, no como la única. Nunca
dio el paso final para hacerse cristiano.
En una autobiografía que se publicó en la India, él dice que en sus días de estudiante se impresionó mucho al leer los
evangelios, y que pensó seriamente en bautizarse y ser miembro de una iglesia cristiana. Pensaba que en el
cristianismo estaba la solución a los prejuicios raciales y a las diferencias de casta que afectan a la India y al África del
Sur.
Un domingo por la mañana, Gandhi fue a una iglesia cristiana que estaba cerca, y tenía el propósito de hablar con el
pastor al terminar el culto, para hacerse cristiano. Cuando entró en el templo, la comisión de recepción se negó a
proporcionarle un asiento, y le sugirió que fuera a una iglesia de los negros.
Gandhi salió de aquel templo para no volver más. "Si también los cristianos tienen diferencias de clase", pensó,
"permaneceré siendo hindú, y desde allí atacaré el mal."
C. C. Wychoff.
Tomado del libro "500 ilustraciones", de Alfred Lerín
¡Sigue corriendo!
Talvez hayas escuchado la historia de John Stephen Akhwari, el corredor de maratones de Tanzania que quedó en
último lugar en las Olimpíadas de 1986 en México. Ningún corredor que ha terminado en último lugar ha quedado
tan atrás.
Se lesionó mientras viajaba y entró al estadio cojeando con la pierna ensangrentada y vendada. Había pasado más
de una hora desde que el resto de los corredores terminó la carrera. Sólo quedaban unos cuantos espectadores en
las gradas cuando Akhwari terminó de cruzar la meta.
Cuando le preguntaron por qué siguió corriendo a pesar del dolor, Akhwari contestó: "Mi país no me envió a México
a iniciar la carrera. Me envió a terminarla."
La actitud de este atleta debe ser la nuestra a medida que envejecemos. Tenemos "una carrera por delante"
(Hebreos 12:1), y hemos de seguir corriendo hasta que lleguemos a la meta final.
Nadie es demasiado viejo para servir a Dios. Debemos seguir creciendo, madurando y sirviendo hasta el final de
nuestros días. Desperdiciar nuestros últimos años es robar a la Iglesia los dones selectos que Dios nos ha dado para
compartir. Hay un servicio que prestar. Todavía hay mucho que hacer.
Así que sigamos corriendo "con paciencia". Terminemos la carrera... con firmeza.
David Roper
Bien conocida
Hay un tipo de ave marítima en el ártico que vive en peñascos rocosos de la costa donde miles de ellas se juntan en
pequeñas áreas. A causa de la condición apiñada, las hembras ponen sus huevos uno junto al otro en una larga fila. Es
increíble que un ave madre pueda identificar los huevos que le pertenecen. Los estudios muestran que incluso cuando
uno de ellos se aleja cierta distancia, ella lo encuentra y lo lleva de vuelta a su lugar original.
Nuestro Padre celestial conoce a sus hijos mucho más íntimamente. Es consciente de todos nuestros pensamientos,
emociones y decisiones. De la mañana hasta la noche presta atención personal a nuestros asuntos diarios.
No sólo provoca esto nuestra alabanza, sino que también debería dar mucho consuelo a nuestros corazones. Jesús dijo
a sus discípulos que el Padre sabe cuando un solo pajarillo cae a tierra. Puesto que la gente es de mucho más valor
que los pajarillos, los hijos de Dios pueden estar seguros de su cuidado constante.
¡Qué maravilloso es ser una persona tan bien amada y "bien conocida"!
De la Participación
La vida nos pide constantemente "¡Participa!". La participación es necesaria para nuestra alegría, pero también para
nuestra protección. Quien se desentiende delante de las barbaridades que ve, está prestándole servicio a la fuerza de
las tinieblas, y esto le será cobrado algún día.
Hay momentos en que evitamos la lucha, bajo los más diversos pretextos: serenidad, madurez, miedo al ridículo.
Vemos la injusticia haciéndose próxima a nosotros, y nos quedamos callados. "No me voy a meter en todas las peleas",
explicamos.
Esto no existe. Quien recorre un camino espiritual, carga consigo un código de honor que debe ser cumplido. La voz
que clama contar lo que está mal, siempre es oída por Dios.
Si nuestro hermano no tiene más fuerzas para reclamar, es nuestro turno de hacerlo por él.
Del libro "Maktub", de Paulo Coelho
Trece lineas para vivir
1. Te quiero no por quien eres, sino... por quien soy cuando estoy contigo.
2 Ninguna persona merece tus lágrimas, y quien se las merezca no te hará llorar.
3. Solo porque alguien no te ame como tú quieres, no significa que no te ame con todo su ser.
4. Un verdadero amigo es quien te toma de la mano y te toca el corazón.
5. La peor forma de extrañar a alguien es estar sentado a su lado y saber que nunca lo podrás tener.
6. Nunca dejes de sonreír, ni siquiera cuando estés triste, porque nunca sabes quien se puede enamorar
de tu sonrisa.
7. Puedes ser solamente una persona para el mundo, pero para una persona tú eres el mundo.
8. No pases el tiempo con alguien que no esté dispuesto a pasarlo contigo.
9. Quizá Dios quiera que conozcas mucha gente equivocada antes de que conozcas a la persona
adecuada, para que cuando al fin la conozcas sepas estar agradecido.
10. No llores porque ya se terminó, sonríe porque sucedió.
11. Siempre habrá gente que te lastime, así que lo que tienes que hacer es seguir confiando y solo ser
más cuidadoso en quien confías dos veces.
12. Conviértete en una mejor persona y asegúrate de saber quien eres antes de conocer a alguien más
y esperar que esa persona sepa quien eres.
13. No te esfuerces tanto, las mejores cosas suceden cuando menos te las esperas.
Gabriel García Márquez
Equilibrio
Debe haber equilibrio en todo. Trabaja mucho, pero también aprende a jugar mucho, y haz lo que te guste hacer, sea lo que sea. No importa que tus preferencias sean simples o extravagantes, en tanto encuentres verdadera
alegría en ellas.
Cuando haces algo que disfrutas, no importa si es arduo o difícil, no te sientes exhausto, sino estimulado y vigorizado. El trabajo nunca debe ser monótono, y nunca lo será si tu disposición hacia él es apropiada y te
entusiasma lo que estás haciendo.
Cuando haya equilibrio en tu vida, encontrarás integridad y no habrá una dosis excesiva ni de trabajo ni de juego. Una es tan mala como la otra.
Nunca compares tus gustos con los de otros; lo que a ti te gusta puede no gustarle a otro. Haz lo que quieres hacer y deja que los otros hagan lo que les gusta. Vive y deja vivir.
Del libro "Abriendo las puertas de tu interior", de Eileen Caddy.