Pensamientos

Ideas y Pensamientos que rondan en mi mente y en la mente de otros.

miércoles, junio 28, 2006

La sandía

Un padre iba con su hijo en la carretera. De pronto, el papá se paró frente a un sembradío de sandías. Al bajarse, el padre le dijo a su hijo:

- Mira hacia ambos lados que no venga nadie, y luego cruza para poder agarrar una sandía.

El niño asombrado le dijo:

- Papá, deberíamos mirar también hacia arriba ¿no es cierto?

martes, junio 27, 2006

El capullo del gusano

Dos gusanos vivían en un árbol frondoso. En un momento dado, uno de ellos, movido de un fuerte impulso interior, comenzó a encerrarse en un capullo de seda. Hasta ese momento los dos habían sido grandes amigos.

- ¿¡Qué estás haciendo!? -gritó espantado su compañero- ¿Te has vuelto loco?

El impulso era tan fuerte que el gusano no respondió. Era un gusano que se emocionaba con facilidad cuando hacía algo nuevo.

- ¿Ya has pensado lo que eso significa? -siguió su compañero, que era mucho más reflexivo y prudente- ¡Vas a aislarte del árbol! ¿Y las jugosas hojas que estás dejando? ¿Y los nuevos brotes del tallo central? ¡No podrás comer ni moverte por el árbol si te encierras ahí!

Dado que su compañero no respondía, el orador decidió buscar apoyo moral en los demás gusanos y trajo unos cuantos junto al capullo de seda, que ya estaba por terminarse.

- ¡No cierres aún, espera!

Y escuchó al coro de gusanos que decía: "Mira lo que dejas, mira lo que dejas..." pero se encerró tras la seda, pues el impulso era muy fuerte y no podía explicarlo.

Los gusanos se quedaron mirando la cápsula de seda y pasaron toda la tarde comentando el suceso. "Se volvió loco", decían. "¡Qué aburrida debe ser la vida ahí dentro!", "¡Mira lo que se está perdiendo!", "¿A quién le cabe en la cabeza despreciar un árbol tan frondoso?", "¿Tú te encerrarías ahí?", "¡Con lo simpático y joven que era!"

Después de un tiempo encontraron el capullo roto y vacío. No supieron qué pensar, así que decidieron mantener sus opiniones y seguir mascando hojas y ramitas sin volver a tocar el tema del capullo de seda.

Mientras tanto una mariposa hermosísima se alejaba del árbol volando hacia el atardecer.

¿Qué importa ir contra corriente si el fruto de tu decisión te transforma en lo que siempre soñaste sin saberlo?

P. Miguel Segura

jueves, junio 22, 2006

Momento de agradecer

Debemos darle gracias al Señor, porque tenemos qué comer, qué ponernos todos los días.

No sabemos lo que es realmente pasar hambre. El Señor nos ha Bendecido de una manera grande. Cuánta gente necesitada hay hoy en este mundo y a veces nos quejamos tanto de lo nuestro, pero es porque no hemos conocido lo que es la verdadera miseria.

No seamos tan inconformes, siempre queremos más y más. Nada hemos traído a este mundo y absolutamente nada material nos llevaremos, es por eso que lo que importa en esta vida es lo espiritual, porque esos bienes son los que realmente ocuparemos en un futuro.

Dale gracias a Dios este día por ser quien eres, por tener lo que tienes. Porque no necesitas estarte asoleando o pasando frío para trabajar, tienes un trabajo digno y el pan que no te falta, piensa en todas las cosas tan lindas que Dios te ha dado.

miércoles, junio 21, 2006

La mentira

Cuatro amigos de la universidad se fueron a parrandear el fin de semana antes de los exámenes finales a un país vecino. ¡La pasaron súper bien! Pero después de tanta fiesta durmieron todo el domingo y no regresaron a su país hasta el lunes por la mañana.

En lugar de entrar al examen final, decidieron que al terminar el examen hablarían con el profesor y le explicarían la razón por la que habían perdido el examen: le dirían que se habían ido de viaje el fin de semana y que planeaban estar de regreso y estudiar, pero desafortunadamente, "se les pinchó" una llanta cuando venían de regreso, no tenían las herramientas y nadie les había querido ayudar.

Como resultado de la aventura, perdieron el final. El profesor lo pensó y acordó hacerles el final al día siguiente. Los cuatro amigos estaban felices. Estudiaron toda la noche y llegaron al día siguiente a hacer la prueba.

El profesor los puso en salones separados y les repartió a cada uno la papeleta para que comenzaran.

Vieron el primer problema, valía 5 puntos y era muy fácil sobre la historia del mercadeo. "¡Excelente!", pensó cada uno en su salón separado, "Esto va a estar muy fácil".

Cada uno terminó el problema y voltearon la página. En la segunda pagina estaba escrito:

"Por 95 puntos: ¿Cuál llanta se pinchó?"

martes, junio 20, 2006

Calor Humano

Todos nosotros hemos pasado muchos días o semanas, sin recibir ningún gesto de cariño del prójimo. Son momentos difíciles, cuando el calor humano desaparece y la vida se reduce a un arduo esfuerzo por sobrevivir.

En esos momentos en que el fuego ajeno no le da calor a nuestra alma, debemos revisar nuestro propio hogar. Debemos agregarle más leña y tratar de iluminar la sala oscura en la que nuestra vida se transformó.

Cuando escuchemos que nuestro fuego crepita, que la madera cruje o que las brasas brillan, la esperanza nos será devuelta.

Si somos capaces de amar, también somos capaces de ser amados. No es más que cuestión de tiempo.

Paulo Coelho

lunes, junio 19, 2006

Cuando los niños aprenden...

Cuando los niños aprenden que la felicidad no se encuentra en lo que una persona tiene, sino en lo que una persona es...

Cuando aprenden que dar y perdonar es más gratificante que quitar y vengarse...

Cuando aprenden que el sufrimiento no se mitiga con autocompasión, sino que se supera con determinación interior y fuerza espiritual...

Cuando aprenden que no pueden controlar al mundo a su alrededor, pero que son los maestros de sus propias almas...

Cuando aprenden que las relaciones mejoran si valoran más la amistad que el ego, el compromiso que el orgullo, escuchar que aconsejar...

Cuando aprenden a no odiar a una persona cuya diferencia temen, sino a temer a ese tipo de odio...

Cuando aprenden que hay placer en la fuerza de motivar a otros, no en la falsa fuerza de humillar...

Cuando aprenden que el elogio de otros es halagador, pero sin sentido si no se conjuga con el respeto a sí mismo...

Cuando aprenden que el valor de una vida se mide mejor no por los años dedicados a acumular posesiones sino por los momentos dedicados a dar de sí mismo, compartiendo sabiduría, inspirando esperanza, secando lágrimas y conmoviendo corazones...

Cuando aprenden que la belleza de una persona no se ve con los ojos sino con el corazón; y que aunque el tiempo y las penurias puedan destruir nuestra coraza exterior; nos pueden mejorar el carácter y la perspectiva...

Cuando aprenden a abstenerse de juzgar sabiendo que todas las personas están dotadas de cualidades y defectos, y que la aparición de unas u otras depende de la ayuda ofrecida o el daño infligido por otros...

Cuando aprenden que a todas las personas se les ha dado el don de tener un YO único y que el propósito de la vida es compartir lo mejor de ese don con el mundo...

Cuando los niños aprenden estos ideales, ya no son niños... son una bendición para quienes los conozcan, y valiosos modelos para todo el mundo.

David R. Weatherford

viernes, junio 09, 2006

Caridad

Después de buscar por algún tiempo cuál era la mejor manera de llegar a mi casa después del trabajo, comencé a utilizar una ruta alterna para evitar el congestionamiento vehicular. En una de las calles por las que transitaba, siempre se encontraban dos hombres pidiendo dinero: uno con problemas en su pierna y otro sano. Ambos se alternaban los carros a los cuales se acercaban a pedir.

Como la zona por donde se encuentra dicha calle no es muy "acogedora" que digamos, yo siempre mantenía la ventana sólo un poquito abierta, porque me daba un poco de temor. Cuando podía, le daba dinero a la persona, y cuando no andaba nada, le decía que en otra ocasión se lo daría. Siempre me agradecían muy amablemente. Así se dio durante algún tiempo.

En una ocasión, mi carro quedó bastante atrás de la fila esperando que cambiara el semáforo. En esos momentos iba en oración con Dios y ambos se acercaron a mí. Casualmente podía darles dinero a los dos. Primero se lo di a la persona sana y me lo agradeció muy amablemente, y luego al que tenía problemas en su pierna. Él se quedó pensando parado frente a mí y me dijo: "Que Dios la bendiga, usted es una persona diferente. Por aquí pasan muchas señoritas, así de sociedad, y ellas nunca nos dan nada... rara vez nos hacen caso; en cambio usted comprende lo que nosotros sufrimos. Usted es buena. Que Dios la bendiga mucho..."

En ese momento me dejó sin palabras, sólo pude repetirle varias veces "Gracias". Luego el semáforo cambió y tuve que moverme. Después le di gracias a Dios por lo que me había sucedido. Esa noche confirmé que no importa cuánto sea lo que podemos dar sino la forma en que lo damos: debemos dar con Amor, para llevar felicidad a los demás.

Claudia de Granadino

lunes, junio 05, 2006

Palomitas deMaíz

Hace algunas semanas se instaló en la ciudad un circo en un terreno que es rentado para este tipo de eventos. El día que este circo abandonó la ciudad, uno más llegaba para instalarse y empezar su temporada de funciones. Asistí a una función en cada uno de estos, y observé algo común como en cualquier espectáculo de este tipo: vendían una serie de golosinas y frituras para comer mientras se presenciaba la función. Sin ningún asombro, vi que vendían palomitas de maíz, y cuando el vendedor entregaba la bolsa de éstas a los compradores, lo hacia de una manera común, nada sobrenatural.

Lo curioso de esto es que cuando el último circo desmontó todo y abandonó la ciudad, el terreno volvió a quedar como al principio totalmente vacío, pero algo que llamó mi atención, fue el ver a cientos de palomas sobre la superficie del terreno, que según yo estaba totalmente vacío. Estas estaban sumamente entretenidas. ¿Sabes qué hacían estas palomas? Estaban alimentándose. ¿Y sabes de qué? Pues de los maíces que accidentalmente cayeron durante las funciones del circo.

Alguna vez escuche a alguien decir que Dios tiene cuidado hasta de los dedos pequeños de nuestros pies... ¡Y es verdad! Aunque la Biblia no lo menciona así de específicamente, dice que Dios lleva la cuenta hasta de los cabellos de nuestra cabeza. También dice que si Él tiene cuidado hasta de lo que comerán los pájaros (todos en el mundo entero, ¡incluyendo las palomas de Ensenada!) ¿cómo no tendrá cuidado de nuestras vidas?, ¿cómo no se encargará de que alguien vierta accidentalmente unos cuantos maíces para alimentarnos?, ¿cómo no planeará el poner personas "accidentalmente" en nuestras vidas? Talvez utilice algún "circo" para alimentar algún área de nuestra vida.

Dios es así, a veces utiliza a quien menos pensamos para hablarnos o bendecirnos, inclusive en ocasiones utiliza alguna situación que a nuestros ojos puede parecer trágica, pero al final vemos que ahí estaba Él, dejando caer algunos maíces sobre el piso para que más adelante alguien como tú o como yo se beneficiara de ellos.

domingo, junio 04, 2006

Elegido

Siempre que estoy decepcionado, me detengo a pensar en el pequeño Jaime. Jaime estaba intentando conseguir una parte en una obra de la escuela.

Su mamá me dijo que había puesto su corazón en ello pero aún así temía que no fuera elegido. El día que fueron repartidas las partes de la obra, yo estuve en la escuela.

Jaime salió corriendo con los ojos brillantes de orgullo y una gran emoción.

- "¡Adivina qué mamá!" -y nos dijo gritando las palabras que permanecerán como una lección para mí: "¡He sido elegido para aplaudir y animar!".

Que no te hagan creer que, porque no puedes hacer grandes cosas, no puedes hacer nada.

jueves, junio 01, 2006

Bendiciones

Había una joven muy rica, que tenía de todo, un marido maravilloso, hijos perfectos, un empleo que le daba muchísimo bien, una familia unida. Lo extraño es que ella no conseguía conciliar todo eso, el trabajo y los quehaceres le ocupaban todo el tiempo y su vida siempre estaba deficitaria en algún área.

Si el trabajo le consumía mucho tiempo, ella lo quitaba de los hijos; si surgían problemas, ella dejaba de lado al marido... Y así, las personas que ella amaba eran siempre dejadas para después. Hasta que un día, su padre, un hombre muy sabio, le dio un regalo: Una planta carísima y rarísima, de la cual sólo había un ejemplar en todo el mundo. Y le dijo:

- Hija, esta planta te va a ayudar mucho, ¡más de lo que te imaginas! Tan sólo tendrás que regarla y podarla de vez en cuando, y a veces conversar un poco con ella, y ella te dará a cambio ese perfume maravilloso y esas maravillosas flores.

La joven quedó muy emocionada, a fin de cuentas, la planta era de una belleza sin igual. Pero el tiempo fue pasando, los problemas surgieron, el trabajo consumía todo su tiempo, y su vida, que continuaba confusa, no le permitía cuidar de la planta. Ella llegaba a casa, miraba la planta y las flores todavía estaban allá, no mostraban señal de flaqueza o muerte, apenas estaban allí, lindas, perfumadas. Entonces ella pasaba de largo.

Hasta que un día, sin más ni menos, la planta murió. Ella llegó a casa ¡y se llevó un susto! Estaba completamente muerta, su raíz estaba reseca, sus flores caídas y sus hojas amarillas. La joven lloró mucho, y contó a su padre lo que había ocurrido. Su padre entonces respondió:

- Yo ya me imaginaba que eso ocurriría, y no te puedo dar otra planta, porque no existe otra planta igual a esa... era única, al igual que tus hijos, tu marido y tu familia. Todos son bendiciones que el Señor te dio, pero tú tienes que aprender a regarlos, podarlos y darles atención, pues al igual que la planta, los sentimientos también mueren. Te acostumbraste a ver la planta siempre allí, siempre florida, siempre perfumada, y te olvidaste de cuidarla.

¡Cuida las personas que amas! Acuérdate siempre de la planta, pues las Bendiciones del Señor son como ella, Él nos da, pero nosotros tenemos que cuidar.